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PROYECTO INTERACTIVO CON EL ESPECTADOR

El Circo del Sol y Mayumaná estrenarán espectáculo conjunto en noviembre

Los fundadores de Mayumaná y el Circo del Sol han unido sus ideas y talentos para presentar un nuevo espectáculo en Madrid: 'Sama-Sama Live Experience'. Se trata de un proyecto interactivo pensado para que el espectador sea el protagonista. Llegará en noviembre al Pabellón del Madrid Arena.

Sama-Sama significa juntos en tagalo y en eso consiste el espectáculo que se estrenará mundialmente en noviembre en Madrid: con la tecnología como herramienta, 2.000 espectadores podrán, en cada pase, protagonizar juegos y "experiencias" con la música y el movimiento como motores.

La marca propietaria de Circo del Sol y la promotora Sold Out han presentado en el Madrid Arena "Sama-Sama Live Experience", que se estrenará en ese recinto el 19 de noviembre tras "evaluar" diferentes ciudades de Europa. "Elegimos Madrid por el carácter de la ciudad, su cosmopolitismo, su actitud muy receptora a los proyectos internacionales, y, en concreto, los de entretenimiento, y a la respuesta del público siempre muy activa y muy participativa", ha explicado el director de Sold Out, Rafael Giménez.

No se trata de un proyecto tecnológico, sino que tiene que ver "con utilizar la tecnología para unir a las personas", ha explicado el fundador de la empresa Sama-Sama, Roy Ofer, "muy entusiasmado" también con la elección de Madrid. "No nos gustaría estar en ningún otro lugar que no fuera aquí", ha subrayado.

El prototipo del proyecto, en el que es fundamental el desarrollo tecnológico y que "no habría sido posible hace diez años", fue probado en 2012 en el Museo de Tel Aviv, en Israel, ante 50.000 personas. Cada "ciclo", como llaman a las funciones, debe durar tres horas, en las que, un máximo de 2.000 personas, "circulan libremente" por el espacio y disfrutan de diez atracciones distintas "que trabajan los sentidos", con la posibilidad de hacer pausas para tomar algo.

Los espectadores pueden tocar un arpa láser, dirigir una orquesta virtual, tocar la batería guiándose por luces, cantar, bailar o participar en un vídeo-clip. Cada espectáculo es único y tiene su propia banda sonora porque es la interacción del público la que la crea, según ha explicado el director artístico, Matthew Jessner.

"El corazón (de la experiencia) es la creatividad de las personas", según Jessner. El tiempo de espera para disfrutar cada una de las diez experiencias, que tiene capacidad para entre 40 y 100 personas a la vez, no superan los siete minutos. "Nunca has vivido algo así. Es una rave -fiesta con música electrónica- para todo el mundo, no una rave chunga", ha bromeado Ofer.

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