César Antonio Molina

Publicidad

NUEVA NOVELA 'DONDE LA ETERNIDAD ENVEJECE'

César Antonio Molina: "La eternidad sólo la he percibido en el rostro de la Esfinge"

El escritor y exministro de Cultura durante el Gobierno de Zapatero, César Antonio Molina, nos propone un viaje por los escenarios que han cambiado la Historia universal en su última novela 'Donde la eternidad envejece'. Asegura que si tuviera que rescatar un sólo lugar elegiría la Esfinge porque "en su rostro se refleja el rostro de cada uno de nosotros y el enigma que ella representa es el enigma de nosotros mismos".

Para Baudelaire, tal y como usted cita en la obra, los auténticos viajeros son aquellos que parten por el “simple hecho de partir”. ¿Casi da igual a donde?

Hay dos maneras complementarias de viajar. Una es sabiendo lo que buscas y otra dejando en manos del azar el encuentro con lo inesperado. Yo siempre sé lo que busco pero también estoy dispuesto a que los lugares, las personas y las cosas me encuentren. Lo importante es un movimiento acompasado entre lo mental y lo físico.

2) Empieza su recorrido en Roma. ¿La ciudad eterna resulta ineludible para cualquier viajero?

Es que Roma son muchas ciudades en una misma y por tanto es inacabable la búsqueda de sus secretos. Roma es la ciudad de muchas ciudades y de todas las ciudades. A mí me emociona el pensar, por ejemplo, que en el hotel donde me hospedo hubo antes un templo o fue luego una iglesia y ahora es este establecimiento. Cada lugar ha sido ocupado infinidad de veces y así le seguirá sucediendo en el futuro. Roma es una ciudad que ha tenido una ininterrumpida vida desde hace casi tres mil años. Todavía todos los caminos conducen a ella. Sólo es comparable con Jerusalén. Ambas, además, son capaces de transportarnos también por los caminos del más allá.

¿Que sintió al alojarse en Nápoles, en la misma habitación en la que murió Caruso?

Las huellas del pasado están por doquier y nos muestran lo que ha de ser nuestro futuro. Yo durante varios días dormí en la misma habitación del hotel de Nápoles donde murió el gran cantante Caruso y no fue fácil para mí el hacerlo pues además había objetos que él mismo había utilizado. Pero todos los lugares del mundo ya han sido ocupados anteriormente y por tanto no hay nada nuevo. Por ejemplo, yo vivo en Madrid en una casa que tiene más de un siglo. Muchas veces pienso en las gentes que lo ocuparon cuando los sucesos de 1898, la dictadura de Primo de Rivera, la caída de la Monarquía y la República o la Guerra Civil. Dentro de estos muros ya otros fueron felices y también sufrieron.

¿Uno encuentra huellas del pasado casi sin necesidad de buscarlas cuando viaja?

Si vas predispuesto y preparado sí. En Roma La Eneida de Virgilio se utilizaba habitualmente para obtener respuestas e investigar el futuro. Simplemente la abrían al azar, elegían un fragmento y, al interpretarlo, sacaban las deducciones correspondientes. Se cuenta que un general lo hizo mal y perdió su batalla. Por tanto, hay que estar predispuestos, preparados y con conocimiento y nuestros deseos muchas veces son satisfechos.

¿Qué encuentra al visitar las tumbas de los grandes escritores?

Leyendo sus libros me gusta compartir su gloria, visitando sus tumbas, me gusta compartir su soledad.

¿Dónde se encuentra más a gusto en zonas más próximas a su propia cultura o en las más alejadas?

Yo me encuentro muy a gusto en lugares en los que conozco su historia, su cultura, su arte, su literatura, su cine… y se establece una complicidad entre ambos. No siempre sucede así.

¿De verdad no hay nada comparable al rostro de la Esfinge?

No. En el rostro de la esfinge se refleja el rostro de cada uno de nosotros y el enigma que ella representa es el enigma de nosotros mismos.

¿De tanto viajar, a uno se le puede acabar el mundo y sin embargo el arte es inabarcable?

Como otros muchos libros míos no sólo es un viaje físico sino fundamentalmente es un viaje intelectual, un viaje interior. En Donde la eternidad envejece no sólo hablo de ciudades, paisajes naturales y urbanos sino también de libros, obras de arte, películas, es decir, todo lo que el hombre ha creado para dejar huella sobre la tierra y pervivir.

¿El arte es la única manera de presentar batalla frente a lo efímero de la existencia?

Si, el arte y la cultura son la única forma de enfrentarse al destino inexorable. Incluso las religiones, una invención del ser humano, también lo son.

¿Si sólo pudiera rescatar un solo lugar cuál sería?

La esfinge porque es ella la que sabe todos los enigmas y también los colosos de Memnón porque en ellos la poesía se hizo pétrea.

¿Qué le queda por ver?

Por ver, leer, escuchar y saber me queda todo. Cuando uno se va haciendo mayor se da cuenta de que el saber es inabarcable y sólo alcanzamos una mínima parte del mismo. En realidad esta es una de las grandes desilusiones del hombre. No sólo no alcanzar el saber desconocido sino el que se conoce tampoco da tiempo a completarlo.

 

Publicidad