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FREUD Y TROSTKY ERAN HABITUALES EN ESTOS CAFÉS

Los cafés mantienen vivo el siglo XIX vienés

Nombres como Sigmun Freud o Leon Trostky eran habituales de los cafés de Viena. Unos locales que destacan por su decoración y en los que sus clientes pueden pasar horas y horas leyendo mientras se toman una pequeña taza de café.

Manfred Straub, propietario café cree que "no es común en ninguna parte del mundo que en un local puedas leer periódicos o charlar con los amigos durante horas con una pequeña taza de café".

Vivieron su época dorada a finales del siglo XIX. Aún conservan el esplendor de aquella época. Maximiliano Platzer, propietario Café:  "El mármol de las mesas, sus lámparas, espejos o un reloj que debe ser visible desde todas partes, periódicos locales e internacionales, pero sobre todo el café que se sirve con un vaso de agua. Son algunos de los elementos que no pueden faltar en un café de Viena".

Ahora son Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. La UNESCO ha querido premiar así  su labor social e intelectual en Europa. Maria Walcher, de la UNESCO, reconoce que "estos cafés han creado una identidad propia, algo significativo para la sociedad".

Por su parte, Frederike Broder considera que estos locales "son parte de la cultura de esta ciudad", mientras que Eva Janauschek los ve como "una parte de Viena. Esta ciudad sin cafés es inimaginable".

En total, Viena cuenta con más de mil cafés, tantos como razones para frecuentarlos al menos, una vez en la vida.

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