La máscara de Tutankamón, en el Museo del Cairo

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TRAS ROMPERSE DE FORMA ACCIDENTAL

La barba de Tutankamón, reparada con un pegamento industrial

La máscara, descubierta en la tumba de Tutankamón en 1922, resultó dañada durante unos trabajos de limpieza. Los empleados del Museo de Antigüedades egipcias de El Cairo decidieron arreglarla por su cuenta sin dar aviso a nadie. Para ello utilizaron pegamento industrial, un material inadecuado para reparar una pieza de más de 3.000 años de historia. "La resina (una sustancia base de conocidos pegamentos como el superglue) no era un material adecuado para utilizar en la restauración la máscara", ha explicado un restaurador.

Podría ser un guión de comedia si no fuera porque ha sido real. Aunque parezca mentira. La máscara de Tutankamón -uno de los mayores tesoros que conservamos del antiguo Egipto- ha sido víctima de una negligencia por parte de unos empleados del Museo de Antigüedades egipcias de El Cairo.

Al parecer, se empleó pegamento industrial para unir la barba al rostro del faraón, algo que ha ocasionado un grave daño a la figura, según han denunciado conservadores del Museo.

Los conservadores aseguran que la figura fue dañada de forma accidental el pasado año durante unos trabajos de limpieza. La barba trenzada, de oro y color azul, se separó del resto de la efigie del faraón. Para intentar arreglar la rotura, el equipo que estaba a cargo de la renovación del museo no siguió las normas habituales: informar al ministerio de Antigüedades y entregar la figura a un grupo de restauradores.

En su lugar, según el diario árabe, la responsable del museo llamó a su marido -que también está empleado allí- y éste decidió arreglar la rotura uniendo las piezas con un pegamento industrial muy resistente (resina epoxi) pero desde luego poco apropiado para conservar una pieza que alberga más de tres mil años de historia.

Según han publicado distintos medios este jueves, la prominente barba quedó separada del resto mientras era limpiada. Los conservadores la pegaron apresuradamente utilizando resina, lo que causó daños, explicó un conservador del museo en anonimato, en declaraciones a la versión digital del periódico egipcio Al Ahram.

"La resina (una sustancia base de conocidos pegamentos como el superglue) no era un material adecuado para utilizar en la restauración la máscara, aunque es un material de conservación con una muy alta resistencia para la fijación de metal y piedra", dijo el conservador.

Lamentablemente, añadió, la resina se secó, dejando un espacio entre la cara y la barba, que anteriormente estaba conectada directamente.

Por su lado, el director general del Museo Egipcio, Mahmoud El-Halwagi rechazó todas las acusaciones y dijo que la máscara está sana y salvo y no le pasó nada desde que asumió el cargo el pasado mes de octubre. Explicó, además, que la barba se encuentra en su posición original en la máscara, y así ha sido desde que la máscara fue descubierta en la tumba de Tutankamón en 1922.

"Un comité arqueológico ha sido asignado para inspeccionar la máscara y la barba para escribir un informe detallado sobre el estado de la máscara", dijo El-Halwagi.

Agregó que la máscara se somete periódicamente a limpieza y conservación y que si se hubiera encontrado alguna brecha conservadores del museo se hubieran dado cuenta y la habrían reparado

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