Aproximadamente 10.000 personas volvieron a abarrotar el recinto de un evento que celebra su décimo cuarta edición en la localidad burgalesa de Aranda de Duero.
Anunciados como uno de los reclamos de este año, la propuesta musical del grupo indie Los Campesinos!, caracterizada por melodías frenéticas e intercambio de voces masculina y femenina, no logró convencer al público que bailó sin mucha convicción los temas de su último álbum hasta la fecha, "Romance is boring".
La jungla sonora creada a base de guitarras, bajo, percusión, flauta travesera, violín y xilófonos no consiguió salir airosa, por más que su cantante, Gareth, pusiese toda su energía en cada uno de los temas. Todo pareció cambiar con "You! Me! Dancing!", que levantó mucho polvo en la explanada. Pero era sólo un espejismo, y gran parte de los presentes abandonó la zona tras sonar el gran éxito de los galeses.
Comenzaba entonces, en el escenario Ribera, la actuación de Niños Mutantes, que demostraron por qué han logrado mantenerse como una de las bandas más emblemáticas del indie pop patrio desde mediados de los noventa. A pesar de estar a mediados de agosto, los desamores y la melancolía otoñal que presiden sus letras funcionaron gracias a las contundentes melodías, de las que se encarga la eficiente banda que acompaña a su vocalista, Juan Alberto Martínez.
"La marcha del Sonorama es la mejor de todos los festivales de España", dijo este último antes de lanzarse a un repertorio que incluyó "Días complicados", "Mi mala memoria" y "La Costilla". Tras revisar una de las canciones que ha hecho popular Raphael, "Como yo te amo", enfilaron un trepidante final de concierto en el que se escucharon "Quiéreme como soy", "Las noches de insomnio" y "La voz", que tocaron junto a una veintena de espectadores invitados.
En el escenario Heineken esperaba el cantautor Nacho Vegas, quien repasó algunos de sus himnos junto a las composiciones de su nuevo disco, "La zona sucia". Puede que su voz no atraviese un gran momento de forma, pero la profundidad de sus letras, unida a los excepcionales músicos con los que cuenta en directo, fueron suficientes para dejar en el lugar que se merecen a clásicos del calibre de "Maldición", "Que te vaya bien Miss Carrusel" o "El hombre que casi conoció a Michi Panero".
A continuación, saltaron a escena Catpeople, que aterrizaban por tercera vez en el festival ribereño dispuestos a hacer disfrutar a su hinchada con los temas de "Love Battle", el trabajo que estrenaron en abril. Uno a uno fueron sonando, con gran nitidez y adornados de un acertado juego de luces, "Sorry", "Fat rat" o "Secret life". Sin embargo, fueron canciones como "In silence" o "Sister", de su anterior CD, las que lograron poner a saltar a muchos de los presentes, que se entregaron a uno de los mejores conciertos que se han visto en lo que va de Sonorama.
De vuelta al escenario Heineken, Sexy Sadie daba comienzo a su show. Once años después de su primera vez en el Sonorama, y tras cinco años de inactividad, los mallorquines regresaban cargados con algunas de sus canciones más recordadas.
Iván Ferreiro, Second, Dorian y Delorean pusieron punto y final a una noche en la que se demostró, una vez más, el gran momento que vive la escena independiente nacional.
El cartel del sábado lo encabezan, entre otros, La habitación roja, Supersubmarina, El Guincho, Rinôçérôse, El Columpio Asesino y Xoel López.
