Publicidad

ANTE 10.000 ESPECTADORES

Alejandro Fernández triunfa en Madrid ante un público entregado

La actuación del cantante mexicano se vio deslucida por un sonido deficiente. Los problemas técnicos condicionaron el concierto desde la primera nota.

El artista mexicano estuvo a la altura de las expectativas, generoso en su desempeño y cómplice con el público, pero fue incapaz de salvar los problemas técnicos que condicionaron el concierto desde la primera nota.

Una lástima, porque todo estaba preparado para disfrutar con una de esas noches que se recuerdan durante bastante tiempo. Los 10.000 espectadores que llenaron el pabellón estaban entregados mucho antes del inicio del concierto, y había expectación por descubrir cómo sonaba en directo el nuevo disco de Fernández, 'Dos mundos'.

El artista, que se presentó ataviado con el traje tradicional de los mariachis, mostró sus mejores intenciones y anunció que tenía preparada "una cápsula de música mexicana", pero ni toda una farmacia habría bastado para conseguir que 'Loco' o 'Cascos ligeros' parecieran lo que son: buenas canciones.

'Niña amada mía' enlazó con 'Estuve' y 'Es la mujer', una composición que Fernández dedicó "a todas las mujeres que hacen el favor de esta aquí esta noche". Y que componían el noventa por ciento de la audiencia, pudo haber añadido.

Un popurrí de homenaje al cantante Juan Gabriel dio por acabado el turno de las rancheras y, tras un breve paréntesis para cambiarse de vestuario, Fernández arrancó sin demora la segunda parte de su espectáculo.

Las piezas más cercanas al pop hicieron su entrada en escena con 'No lo beses' y 'Cuando digo tu nombre', dos hermosas baladas que limpiaron el camino para 'Tu amor me hace tanto bien', 'Qué lastima' y 'Canta corazón'.

Transcurrida una hora y media de concierto, las condiciones sonoras amagaron con mejorar en 'Me dediqué a perderte' y 'A manos llenas', pero todo fue un espejismo. 'Te voy a perder' supuso el reencuentro con la cruda realidad.

A pesar de todas las dificultades, Fernández no cesó de lanzar besos a sus seguidoras ni se abstuvo de recoger los sujetadores que éstas arrojaban al escenario. La audiencia, a su vez, había dejado a un lado la cuestión del sonido, y se dedicaba a bailotear con alegría las canciones del intérprete azteca.

Publicidad