La NASA prevé que esta madrugada impacte sobre la Tierra el satélite UARS, un satélite del tamaño de un autobús, que fue retirado de funcionamiento en 2005, pero insiste en que el riesgo para las personas es "extremadamente pequeño".
La Agencia espacial estadounidense (NASA) descartó ayer jueves que el satélite artificial vaya a caer sobre América del Norte, aunque todavía no puede precisar el lugar del impacto.
"El reingreso se espera durante la tarde en el este de Estados Unidos el 23 de septiembre", ha indicado un comunicado de la agencia. "El satélite no estará en trayectoria sobre América del Norte en ese período", ha añadido.
La probabilidad de que alguno de los restos del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS) alcance a una persona es muy remota, según la agencia espacial estadounidense, que la cifra en una entre 3.200.
El aparato pesa 5.675 kilogramos y tiene el tamaño de un autobús. Estaba previsto que el satélite llegara a finales de septiembre o principios de octubre, pero su caída se adelantará debido al fuerte aumento de la actividad solar la semana pasada.
Los científicos de la NASA calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas sobrevivirán a las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la superficie de la Tierra.