La historia de Maia puede suponer un antes y un después en el campo de la investigación médica. Esta niña australiana de dos años padece una enfermedad que ha impedido que su oreja izquierda se desarrolle con normalidad. Sin embargo, la universidad tecnológica de Queensland en Australia está trabajando para desarrollar una prótesis perfecta.
La microtia es una malformación congénita de la oreja o del pabellón auricular que afecta más a los niños que a las niñas y a ellos se les desarrolla más en el órgano derecho. Gracias a la tecnología 3D, Maia podrá tener su prótesis. Si finalmente ésta se crea con éxito estaríamos asistiendo a la primera creación de un órgano tan complejo como la oreja con una impresora en tres dimensiones.