Desde la Antártida, han venido directamente a la Comunidad de Madrid, específicamente a la Laguna Grande de Peñalara, congelada en esta época del año. Y es que el fondo de este tipo de lagunas son el mejor archivo para estudiar la historia de los ecosistemas y evolución del clima.
El objetivo de los investigadores es atravesar el hielo, cruzar el agua y adentrarse en la tierra por lo menos dos metros. Van en busca del sedimento depositado a lo largo del tiempo en una laguna congelada. La capa de hielo soporta el peso del equipo necesario, mientras no suban las temperaturas.
Sobre un agujero comienzan a trabajar y en un tubo se va recogiendo el sedimento. Cada milímetro de esta columna cuenta lo que ha pasado a lo largo de un año. En dos metros van a saber lo que ha sucedido en los últimos 15.000 años.
Es más estable trabajar sobre el hielo que sobre una barca, por eso eligen estas fechas a pesar de que de vez en cuando se oye como el hielo se resquebraja y se agrieta. Con el sedimento conseguido garantizan años de investigación en el laboratorio.