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ES ESENCIAL PARA LAS PLANTAS MARINAS

El hierro, una propuesta contra el cambio climático

Según un estudio publicado recientemente por una revista científica, se ha comprobado que el sulfato de hierro puede ser de gran ayuda en la lucha contra el cambio climático.

En 1988 el oceaonógrafo John Martin saltó a los medios con su famosa "hipótisis del hierro". Se trata de una golosa teoría que afirma que la fertilización del océano con hierro podría combatir el calentamiento global.

Todos sabemos que desde la revolución industrial del S.XIX el CO2 ha aumentado considerablemente, y que uno de sus principales efectos está siendo la importante subida de la temperatura, lo que conocemos como el cambio climático. 

Las plantas terrestres y el fitoplacton, que son algas marinas y otros organísmos acuáticos que se alimentan por sí mismos,limpian el aire al consumir CO2 en la fotosíntesis liberando oxígeno. Así pues, en los periodos de mayor crecimiento del fitoplacton, habría mayor consumo de CO2 y enfriamiento global, e incluso podría provocar periodos glaciales, lo que nos hace pensar que estamos ante una gran forma de combatir el cambio climático.

¿Y qué tiene que ver el hierro en todo esto?

El hierro es un metal esencial para el crecimiento de las plantas marinas que se hunden en el océano, aunque parece ser que este elemento es realmente escaso. En resumen: sin hierro no hay fitoplacton.

Martin propuso añadir más hierro al mar en aquellas regiones que andan limitadas de este metal, y así estimular el crecimiento de las algas. El oceanógrafo planeó ese gran experimento cerca de las Islas Galápago, en el Pacífico, pero murió antes de conocer el resultado. Desde entonces, este se ha convertido en el enfoque más estudiado de todos los propuestos por la "geoingenriería" ya que ofrece soluciones técnicas para el calentamiento global.

La nueva investigación relacionada con el experimento de Martin, llevada a cabo por EIFEX (Experimento de fertilización con hierro europeo) en 2004, es la primera en dar respuestas claras a todas las preguntas.

Tras depositar cerca de cinco toneladas de sulfato de hierro en el Océano Antártico, los científicos han demostrado que el hierro provocó que afloraran las algas, aunque éstas murieran cuando la concentración de hierro se redujo. Las mediciones mostraron que cerca de la mitad del carbono que las plantas marinas absorbían de la superficie del agua, se hundía en el mar cuando las algas morían y que supuestamente permanecería en el fondo durante siglos.

Aunque esta investigación es una aportación interesante, todavía falta conocer cuales serían los efectos ecológicos secundarios, por lo que como dice el profesor John Shepherd, quien presidió el reporte de la Royal Society, "se trata de un campo poco conocido".

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