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DOS RAYOS DE SOL ILUMINAN UNA TUMBA

Un fenómeno único en Canarias marca el equinoccio de primavera

Sólo dos veces al año, en el equinoccio de primavera y en el de otoño, ocurre un curioso fenómeno en la necrópolis de Arteara, en Canarias.

Cuando un haz de luz asoma por el risco de Amurga se puede ver que incide directamente en el 'túmulo del rey': la tumba del antiguo canario más destacado de Arteara.

No fue levantado en ese punto por casualidad, sino por ser el punto del cementerio donde los rayos de sol de los equinoccios inciden primero, dejando en sombra al resto de tumbas. "Algo maravillos, único, espectacular", comenta un admirador del fenómeno.

Este fenómeno sólo ocurre dos días al año, en los equinoccios de primavera y otoño, con los cambios de estación, cuando los dos polos de la tierra se encuentran a igual distancia del sol. "Esto indica que los antiguos canarios tenían un amplio conocimiento de la cultura celeste y los fenómenos astronómicos", asegura el arqueólogo José González.

Según los expertos, los antiguos canarios elaboraban unos calendarios según el estudio del sol "para poder organizar su sociedad y sus funciones agropastoriles", explica el astrónomo José Carlos Gil.

La necrópolis de Arteara es una de las más grandes en superficie de Canarias, con 809 túmulos, estructuras funerarias protegidas por piedras. Para volver a disfrutar de este fenómeno habrá que esperar al 22 de septiembre, con el equinoccio de otoño.

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