El British Pregnancy Advisory Service, el grupo de los derechos por la maternidad y académicos especializados en el tema consideran que los consejos oficiales sobre el alcohol durante el embarazo son demasiado prescriptivos y alarmantes. Como consecuencia, algunas mujeres embarazadas incluso han llegado a abortar por la angustia que les ha generado pensar que habían bebido durante la gestación.
Las directrices revisadas sobre la prohibición total del alcohol en este periodo entraron en vigor en 2016, pero el nuevo consejo, avalado por los cuatro médicos jefe, establece que las mujeres embarazadas pueden tomar una o dos unidades de alcohol una o dos veces a la semana.
Clare Murphy señala que se debe estudiar mejor cómo se comunican los riesgos a las embarazadas, porque no tienen ningún sentido exagerar las pruebas cuando no existe ningún tipo de certeza, declaraciones que recoge 'The Guardian'. La excesiva alerta, en cambio, puede provocar un estado de ansiedad innecesario, sobre todo en aquellas madres que bebieron alcohol sin saber que estaban embarazadas, y cuyas consecuencias pueden ser terribles.
Jennie Bristow, profesor de sociología en la Universidad de Canterbury Christ Church, es más crítico con la recomendación oficial sobre no beber: "¿Simplemente es para hacer los embarazos más saludables o se trata de asustar a las mujeres sobre sus cuerpos y sus bebés?".
Por su parte, el Real Colegio de Matronas cree que cualquier mujer que está o está tratando de quedarse embarazada debe rechazar el alcohol por completo. “Nuestro mensaje [es] ... que no hay evidencia de que cualquier nivel de consumo sea seguro para el bebé que está creciendo”, dijo cuando las directrices salieron el año pasado.
