Una niña recién nacida

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ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD Y HOSPITAL SAN CECILIO DE GRANADA

Se desmonta la teoría del 'sexo débil': las recién nacidas responden mejor al estrés que los niños

Las niñas recién nacidas presentan una mayor defensa antioxidante y un menor daño oxidativo en las membranas celulares que los niños, lo que se traduce en que responden mejor al estrés que ellos. Además, el parto de una niña es menos agresivo para la madre que el de un niño.

Un estudio de la Universidad y el Hospital San Cecilio de Granada ha demostrado científicamente que las niñas recién nacidas presentan una mayor defensa antioxidante y un menor daño oxidativo en las membranas celulares que los niños, lo que se traduce en que responden mejor al estrés que ellos.

Las niñas presentan también mayores actividades enzimáticas antioxidantes, de forma que se desmonta científicamente la teoría del "sexo débil", añade el estudio, del que ha informado hoy la Universidad de Granada.

Además, las madres que dan a luz niñas presentan una mayor defensa antioxidante de su organismo y menos daño a las principales biomoléculas, en comparación con las que dan a luz a niños, además de un menor proceso inflamatorio durante el parto.

En resumen, el parto de una niña es menos agresivo para la madre que el de un niño, según los investigadores, que dicen que hasta la fecha no existían estudios de este tipo en la literatura científica, dado que todos los disponibles evaluaban el estrés oxidativo e inflamación en adultos.

Se trata del primer estudio que evalúa el estrés inducido en las madres y sus neonatos en la etapa perinatal. Este trabajo multidisciplinar ha demostrado que las niñas recién nacidas y sus madres se enfrentan de manera más eficaz a la agresión que supone el parto en comparación con los niños y sus madres, y revela una clara asociación entre el género del neonato, el proceso oxidativo y la señalización inflamatoria.

Según los investigadores principales de este trabajo, Julio José Ochoa Herrera y Javier Díaz Castro, del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, se abre así un campo de investigación que se centra en el sexo del neonato como factor de riesgo para varias alteraciones funcionales, "con importantes repercusiones en la esperanza de vida y desarrollo de patologías en su vida futura".

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