Ha sido una de las imágenes de toda la semana. Las lágrimas de la pequeña Mary demuestran que los bebés sienten emociones desde los primeros días de su vida. De hecho, los expertos aseguran que ya en el embarazo comienzan a reaccionar a determinados estímulos. Suelen expresarse con la risa y con el llanto aunque, a veces, cuesta entenderles.
En el cuarto mes de embarazo, se despiertan sus primeras emociones. Es ahí cuando aparece el primer estímulo de sus vidas: escuchan, por primera vez, el latido de corazón de su madre.
Risa y llanto: sus dos maneras de expresarse
Cuando nacen los bebés se expresan mediante sonidos y gestos pero sus dos lenguajes principales son la risa, con la que trasmiten sus sensaciones de bienestar; y el llanto, con el que piden atención.
Hasta los dos años y medio, los bebés no toman conciencia de su identidad personal, pero aunque todo sea nuevo para ellos no dejan de comunicarse.
"Tienen una pizarra en blanco, donde van poniendo todos los estímulos, cada vez que ven algo, ahí se escribe un estímulo. Pues pasa lo mismo en todas las áreas cerebrales, lo mismo en las cuestiones físicas que en las cuestiones psicológicas", comenta Mª Ángeles Mochales, pediatra.
"Según van teniendo ellos contactos y experiencias, pues van madurando su sistema nervioso central y se van creando las conexiones interneuronales que son las que al final nos van a dar la inteligencia", añade la pediatra.
A los 6 años, la mayoría comienza a tener capacidad crítica de sus acciones, y es también cuando aprenden las normas de comportamiento social. Hasta entonces, sus emociones dependen de sus inocentes instintos.
