Activistas de Greenpeace entran en varias instalaciones nucleares francesas

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DENUNCIAN FALTA DE SEGURIDAD

Activistas de Greenpeace entran en varias instalaciones nucleares francesas

Entre las instalaciones elegidas está la central nuclear de Nogent, situada al sureste de París, donde nueve ecologistas han logrado subir a lo más alto del edificio de uno de los reactores nucleares.

"Esta es la prueba definitiva de que la seguridad actual es insuficiente y de hasta qué punto las centrales nucleares francesas son vulnerables", ha afirmado la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Sophia Majnoni d'Intignano, en un comunicado de la organización.

La compañía de Electricidad de Francia (EDF) ha confirmado que un grupo de personas han penetrado ilegalmente en la central de Nogent y han permanecido en ella durante seis horas. "Fueron detectados de inmediato por el sistema de seguridad y sus movimientos dentro de las instalaciones han sido vigilados", alega la empresa en un comunicado en el que explican que se optó por no emplear la fuerza.

EDF informa además de que los nueve activistas han sido detenidos y de que están desde las 11.30 horas bajo custodia policial. "La intrusión no ha tenido consecuencias para la seguridad de las plantas ni en la seguridad de las personas que se encontraban en ese momento allí", matiza la compañía, que opera los 58 reactores nucleares de Francia.

Sin embargo, los activistas han logrado penetrar en otras instalaciones sin ser detectados. En concreto, EDF reconoce que en las instalaciones de Chinon y de Blayais fueron desplegados sendas pancartas "inmediatamente retiradas".

"Esta acción demuestra que las centrales nucleares francesas son vulnerable. ¡Simples militantes con intenciones pacíficas y pocos medios han conseguido penetrar hasta el corazón de una central nuclear! ¿Por qué? ¿Cómo? Porque los dispositivos de seguridad existentes son insuficientes", sostiene Greenpeace en un comunicado.

Además, el grupo ecologista recuerda que las pruebas de seguridad realizadas tras el desastre de Fukushima incluían terremotos, inundaciones y otras catástrofes, pero no una intrusión humana, por lo que "ninguna instalación debería poder ser declarada segura".

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