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NORCOREANO

Choque de reinas

@norcoreano analiza en profundidad el vídeo del desencuentro entre la Reina Letizia y la Reina Sofía saliendo de la Catedral de Palma.

-El polémico gesto de la reina Letizia: ¿intentó evitar que Sofía se hiciera una foto con las infantas?

El polémico gesto de la reina Letizia: ¿intentó evitar que Sofía se hiciera una foto con las infantas?El polémico gesto de la reina Letizia: ¿intentó evitar que Sofía se hiciera una foto con las infantas?

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Mucha crítica y mucha opinión, pero aquí tenéis la primera crítica exhaustiva de vídeo de la Familia Real saliendo de la Catedral de Palma.

Lo primero que vemos es mucha gente de traje con cosas de oro al fondo, lo que podríamos denominar una escena habitual de la Familia Real. El Rey Felipe estrecha las manos de los feligreses que han acudido a misa a la Catedral de Palma, bien por devotos o bien porque intuían que había salseo. La mayoría de los feligreses van peinados con raya al lado como manda la tradición.

Aparece por detrás la Reina Sofía y un fotógrafo en la puerta levanta la cámara. La Reina emérita ve que tiene a mano a una infanta y una princesa heredera al trono de hierro y piensa: “Fotón, con eso reviento Instagram“. En medio segundo ya tiene a una nieta en cada brazo. Vemos que la infanta Sofía ya tiene la sonrisa instalada en su rostro, una sonrisa de apariencia indesprendible. Una sonrisa como la de Moe Szyslak cuando cambió el bar.

Moe Szyslak
Moe Szyslak | Archivo

Lo bonito de esta escena es la preciosa coreografía que se produce, porque en el mismo segundo en el que la reina emérita atrapa a las dos infantas, la Reina Letizia ocupa en el espacio existente entre ellas y el fotógrafo, y de fondo aparece el Rey Juan Carlos con bastón, corbata lila y cara de: “Qué cojones hago en misa si ya estoy jubilado“.

Vamos a detenernos en este instante, el momento clave. Letizia, que viste blusa y pantalones de José Mercé y bolso rosa chicle, se cruza en el espacio comprendido entre su suegra y el fotógrafo para saludar a una señora, pero al volver se detiene allí, obstaculizando la foto. Ahí es cuando piensas: “UY, UY, UY…“. Imprescindible destacar el enorme optimismo vital de la actual reina, que intenta tapar a tres personas con su cuerpo, con el cuerpo de Letizia Ortiz.

Sofía levanta la cabeza como haciendo ver a su nuera que está molestando en la foto, por si no se había percatado. Letizia, en lugar de apartarse se acerca a peinar a la princesa y empieza a moverse al son de los movimientos de suegra. Se produce un pasodoble. Sofía estrecha su cerco cogiendo del cuello a la princesa, pero esta se deshace con la convicción de quien se sabe heredera.

En ese momento ya vemos aparecer a los dos Reyes. Tenemos a dos reyes y dos reinas en la escena, falta uno para el full. El emérito avanza con pasos de 10 cm, cortos pero juancarlistas. Su rostro parece decir: “Espera que al final va a merecer la pena haberme tragado el sermón“. Felipe se gira y se encuentra esa situación para la que nunca llegan a prepararte en cuatro años de instrucción militar: tu mujer discutiendo con tu madre. Un hombre al que no le tiemblen las piernas al contemplar esa situación es un hombre que merece dos párrafos en los libros de historia de 4º de E.S.O. Felipe gana tiempo haciendo esa cosa que sólo hacen él y Julio Iglesias: meterse la mano entre la camisa y la chaqueta a la altura del pecho sin intención aparente. A continuación templa el rostro y parece pensar: “Vamos allá“. Su mano izquierda se acerca al codo de su mujer pero sin llegar a tocar, como si 15 años de matrimonio le hiciesen sabedor de que en ese momento 500 años de monarquía penden de una manita en el codo a destiempo. Ahí se corta la escena.

Una catedral, dos reinas, dos reyes, una sola heredera y un único vencedor: Jaime Peñafiel.

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