Os describo el Purgatorio

Me he dado cuenta de que tenéis bastante claros los conceptos del Cielo ( estar eternamente gozando de mi presencia, soy un tipo genial) y el Infierno ( lo mismo pero con las personas más interesantes de la historia de la humanidad, como Janis Joplin o Richard Nixon).

Sin embargo, os hacéis un lío de mil demonios con el Purgatorio. Para empezar, los protestantes y ortodoxos niegan que exista, mientras los católicos lo defienden a capa y espada, aunque no saben muy bien cómo es, solo se refieren a que es algo así como un estado de purificación “a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios”. Es decir, sería como una especie de videojuego post mortem en el que tú vas haciendo puntos para lograr llegar a la pantalla final, donde en lugar de encontrarte con el monstruo más chungo, la que tienes que derrotar, te encuentras conmigo en iniciamos una vida juntos para siempre, sin boda ni nada.

Pero, ¿cómo se obtienen esos puntos de purificación? La Iglesia dice que la oraciones de tus seres queridos pidiendo por la purificación de tu alma sirven para esto, serían como las fichas de los videojuegos que te regalan los colegas. Muy bien, ¿pero qué más, cómo es realmente el Purgatorio?

En La Divina Comedia, Dante lo describía como una montaña con siete rellanos, en cada uno de los cuales se purgaba un pecado distinto, hasta alcanzar la cima, que sería el Paraíso. Los antiguos resolvían todos los asuntos religiosos con una montaña: los dioses griegos vivían en el Monte Olimpo, Mahoma recibió el Corán en el Monte Hira y Moisés los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí. Sin ir más lejos, mi sermón más famoso es “El Sermón de la Montaña”.

Pues bien, os voy a contar cómo es realmente el Purgatorio. El Purgatorio es una sala de espera de un dentista. Sobre la mesa sólo hay revistas de Fitness y en la tele emiten el Programa de Ana Rosa en bucle. El hilo musical reproduce una tras otra todas las canciones de Operación de Triunfo desde la primera edición hasta la última, y hay un señor tosiendo todo el rato. Cuando vas al baño está siempre ocupado y tu teléfono se ha quedado sin batería. Pero no hay problema: una señora se ha sentado a tu lado y te está enseñando todas las fotos de la comunión de su nieto. La puerta del dentista nunca se abre, el paciente que entró hace dos horas sigue allí dentro, y la espera amenaza con ser eterna. Cada vez que alguien reza por ti, tu móvil recibe un 5% de batería, lo que te sirve para poder evadirte un rato. Pero ese 5% dura menos que en la Tierra, y además el Purgatorio tiene mala cobertura. Horrible, ¿verdad?