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@DIOSTUITERO

Lo de Cifuentes ya salió en la Biblia

Es la noticia del día, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha tenido que dimitir por el famoso vídeo de su hurto en el supermercado.

-Cristina Cifuentes antes de anunciar su dimisión

Cristina Cifuentes antes de anunciar su dimisiónAgencia EFE

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Es la noticia del día, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha tenido que dimitir por el famoso vídeo de su hurto en el supermercado. Ella ha alegado que las cremas hurtadas estaban en su bolso por error, pero nadie le ha creído. ¡Qué injusticia! ¿Acaso nadie sabe que hay cremas tan modernas que tienen patitas y se introducen directamente en los bolsos de los clientes?

Es más, en la Biblia hay un episodio donde alguien introdujo algo dentro de las pertenencias de otras personas, sin que ellos lo supieran.

Así es, en el Antiguo Testamento, cuando los hermanos de José ( el que adivinó el sueño de los siete años de vacas flacas) acudieron a Egipto a comprar trigo, su hermano “mandó que les llenaran los sacos de trigo, que les metieran el dinero pagado en cada saco.”

Lo hizo para asustarles, porque José en aquellos tiempos era un importante dirigente de Egipto, y sus hermanos desconocían su verdadera identidad. Es más, en el pasado le habían tirado a un pozo y lo daban por desaparecido.

Cuando al volver a casa abrieron los sacos y vieron el dinero, su padre Jacob les ordenó que restituyeran el dinero, pues “quizás fue una equivocación”.

De todas formas, yo creo que el caso de Cifuentes es más parecido a otro episodio bíblico, aquel en que Raquel, la mujer de Jacob, huyó junto a su marido llevándose los ídolos familiares de su padre Labán. Es que en aquella época la gente era un poco politeísta.

Labán salió en persecución de los fugitivos y cuando les dio alcance, registró sus tiendas, pero no encontró nada. Cuenta la Biblia que Raquel había escondido las figuritas “en la montura del camello, y estaba sentada encima de ellas.”. “No se enfade mi señor si no puedo levantarme, es que tengo la menstruación”, cuenta literalmente la Biblia que le dijo Raquel a su padre. Es que en mi libro sagrado la menstruación era una cosa muy seria, la mujer quedaba impura no sé cuántos días y no se la podía ni tocar, ni a nada que hubiese estado en contacto con ella. Como la lepra, vamos. Son movidas machistas de un libro escrito por machistas, lo sé. Hoy decís que es la Palabra de Dios, así que no os quejéis.

En cualquier caso, lo pasado, pasado está. Yo a Cifuentes le recomiendo que se dedique al teatro o que fiche por L”Oreal, parece que sus días en la política han terminado. O eso quiero creer, con vosotros nunca se sabe.

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