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SU PEOR RESULTADO DESDE 1989

El PP gana las elecciones pero cae hasta los 123 escaños en un Parlamento de difícil gobernabilidad

El Partido Popular sigue siendo la primera fuerza política y supera el 28% de los votos, aunque pierde casi un tercio de los escaños logrados en 2011. Tendrá que pactar para poder formar Gobierno o, al menos, para lograr la investidura de Mariano Rajoy. "Será necesario hablar mucho y dialogar más, y yo lo voy a intentar", ha valorado.

El Partido Popular ha ganado las elecciones generales 2015 con el 28,7% de los votos, que se traduce en 123 escaños, con el 99,9% escrutado. La formación liderada por Mariano Rajoy pierde 63 diputados, desde los 186 (y 44,6% de votos) que logró en 2011, y queda lejos de la mayoría absoluta de la que ha disfrutado durante la última legislatura. De esta forma, estará obligado a pactar para mantener el Gobierno. Por primera vez en la historia de la Democracia española, la primera fuerza política no ha superado el 30% ni los 156 escaños, dato logrado por el PP de José María Aznar en 1996.

El PP logra 7,2 millones de votos, pierde 3,6 millones respecto a 2011

En términos absolutos, ha recibido el apoyo de 7,2 millones de votantes, frente a los 10,83 millones de hace cuatro años. Ha bajado 3,6 millones, lo que fuentes 'populares' han avanzado que supondrá un análisis en los próximos días. De hecho, son los peores resultados del PP desde 1989, cuando se quedó en 107 escaños y 5,2 millones de votos. La mayoría de los sondeos han acertado con los datos obtenidos por los 'populares' este 20-D; en concreto, el último barómetro del CIS le otorgaba un 28,6% de votos y entre 120 y 128 escaños.

La clave desde ahora está en las coversaciones para lograr pactos, ya sea para gobernar de forma estable, ya sea, al menos, para lograr que Rajoy sea investido presidente. No obstante, en Génova ha ido creciendo la sensación de desánimo según ha ido avanzando el escrutinio, ya que un posible apoyo de Ciudadanos podría resultar insuficiente. El PP se aferrará al dato de que son la fuerza más votada ydefiende que el resto de partidos debería respetar esa ventaja para permitir la investidura.

Un caso singular es el de Segovia, donde el PP ha conseguido dos diputados, lo que da plaza en el Congreso a Pedro Gómez de la Serna, apartado de la campaña por su supuesta vinculación con el cobro de comisiones a empresas españolas en el extranjero. Gómez de la Serna desoyó a varios dirigentes del partido a nivel nacional, que le han pedido en reiteradas ocasiones que renunciara a ir en las listas. Pese a esta polémica, los 'populares' han vuelto a ser los más votados en la provincia segoviana, seguido por el PSOE que ha obtenido un escaño.

Los 'populares' defenderán que, como fuerza más votada, Rajoy debe ser investido presidente

A la cita con las urnas que ha propiciado el fin del bipartidismo, el PP ha llegado precisamente envuelto en la incertidumbre sobre sus opciones para mantenerse en el Gobierno y lograr la reelección de Rajoy como presidente, tras el descenso de Ciudadanos en las encuestas realizadas durante la campaña, el ascenso de Podemos y el tenso 'cara a cara' con Pedro Sánchez a cuenta de la corrupción. El principal temor era y es que un frente de izquierdas les desbanque del Ejecutivo.

Un momento clave en la campaña de los 'populares' fue la agresión sufrida por Rajoy por parte de un joven de 17 años, un incidente fruto de la estrategia de acercamiento a los votantes decidido por el propio presidente del Gobierno para desterrar la idea de político alejado de la sociedad o encerrado detrás de un plasma. Por eso, durante las últimas semanas se han sucedido los paseos, los 'selfies' y los besos y apretones de manos con los ciudadanos.

Para el PP comienza desde este 20-D una nueva etapa, llena de incertidumbre. Sigue siendo el partido más votado pero ha pagado un alto peaje por el desgaste de cuatro años de legislatura. Tras una legislatura de cómoda mayoría absoluta, deja de depender de sí mismo y ya ha empezado a convertir la palabra "diálogo" en su nuevo estandarte, apelando además a la necesidad de "estabilidad" en el país. Inicia una etapa de incertidumbre en la que el objetivo de Rajoy a corto plazo será asegurar su continuidad en la Moncloa.

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